sábado, 4 de junio de 2011

Capi. 10*


Quedaron boca abierta los cuatro al ver aquellos trajes que traía colgando entre las manos. Luisa e Isa aprovecharon para meterse a sus cuartos y sacar los demás regalos. Pude notarlas mirando a un costado de Richard, cosa que me hizo sonreír, mientras los chicos todavía estaban en trance por sus trajes.

John: no pudiste...
Paul: pero qué...
Ringo: cómo...
George: (tn)...
Yo: tranquilos, chicos -reí- son sus regalos. Vamos! tienen que ir formales y guapos a su entrevista de trabajo
George: no tenías porqué
Yo: no puedo dejar que se vayan con esos trajes sucios, tomen -les extendí los trajes a cada uno. Al principio no los aceptaron, pero después dudosos, acercaron su mano para agarrarlos- perfecto!

Isa y Luisa llegaron por detrás de los chicos para sorprenderlos, mientras ellos observaban todavía los trajes que traían en sus manos.

Ringo: y ustedes...

Luisa e Isa se pusieron delante de ellos, y les extendieron los regalos.

Luisa: estos son nuestros, espero les guste -sonrió-
Paul: repito, no debían
John: el traje completo -sonrió-
Luisa: considérenlos como el regalo de que han vuelto
George: pero aún no lo sabemos...
Isa: optimismo George, optimismo -le guiñó el ojo-

Emocionados, fueron a cambiarse los trajes, cada uno a una habitación. Cuando ya se habían ido, volteé a ver a las chicas que se encontraban sonrientes y les guiñé el ojo.

Ringo fue el primero en salir. Caminaba hacia nosotras mientras levantaba los brazos para observar cómo le quedaba el traje.

Ringo: está perfecto, cómo sabes cuál es mi talla (tn)¿?
Yo: bueno, pues tengo una amiga que trabaja en esto de moda. Así que ella me enseñó un poco...

Los trajes eran hermosos, de un color café obscuro, saco de lino y camiseta blanca de ceda. Zapatos negros y corbata de rayas, colores negro, café y blanco.

Los demás salieron al igual que como había salido Ringo, mirándose con los trajes puestos. Qué apuestos se veían! pensé.

Luisa: hasta acá me llega el olor a loción -se quejaba mientras hacía movimientos de las manos como si se intoxicara. Todos reímos-
Yo: qué guapos chicos!
Paul: mira quien habla -en cuanto dijo eso, pude notar que George se volteó a verle feo-
George: muchas gracias chicas -agradecía mientras se acercaba a abrazarnos. Sólo que a mí me dio un beso. Cosa que me sonrojó-

Llamé a Vianney para confirmar las cosas. Pero me llevé un susto cuando saqué el celular de mi bolsa para marcar.

Ringo: AH! QUÉ ES ESO!? -cuando terminó de gritar, yo fui la que más me asusté dando un brinco y cayendo sobre el sillón-
Yo: qué carajo te pasa Ringo!?
John: esa boquita...
Ringo: eso... -me señaló el celular que traía en mis manos-
Yo: ah, es un celular. Sirve para marcar a las personas a casas u otros dispositivos móviles como este. Es más fácil comunicarse gracias a él.
George: como un teléfono...
Yo: exacto, a excepción que este lo puedes traer donde quieras

Pedimos un taxi para que los chicos se fueran al estudio, mientras nosotras nos pasearíamos para ir de compras con Vianney & las demás.

Les deseamos lo mejor. En verdad estaban muy nerviosos, yo creo que les iría bien.

NARRA GEORGE:

Tenía tantos nervios... y pude notar que los chicos sentían lo mismo. Camino al estudio veía por la ventana a la gente normal, caminando por la banquetas. Unas con sus miradas fijas en aquellos aparatos raros que se colocaban en la oreja llamados ''celulares''. Cuando llegamos al estudio tocamos el timbre. Ahí fue cuando un hombre nos abrió y nos hizo pasar.

Mujer: ustedes son los Beatles¿? -preguntó con una voz amable-
Ringo: supongo
Mujer: está bien -rió- pasen por acá los esperan

Nos llevó hacia donde estaba Martin. Una pequeña sala, donde esperaba él checando unos papeles y alrededor de él a cuatro hombres.

Se levantó de la silla en cuento nos vio entrar y nos saludó, presentándonos a todos.

Martin: ellos son los Beatles -cuando dijo esto, todos levantamos la mano sonriéndoles- más educado -murmuró en mi oído. Ahí fue cuando me acerqué y les saludé con la mano. Me siguieron los chicos-

Nos sentamos todos en la mesa y Martin comenzó a explicar todo. Todos le escuchábamos atentos a lo que él nos decía. En verdad aquellos hombres nos creerían¿? O a caso pensarían que todo se trataba de una farsa¿?

Comencé a tener miedo. Pero las frases de (tn) volvieron a mí y me tranquilizaron.

Después de toda la explicación de Martin, y una parte de nosotros, los hombres quedaron boca abierta. Sí nos habían creído¿?

Martin nos indicó que nos paráramos y nos metiéramos a tocar para ellos en la sala donde solíamos hacerlo antes.

John: dónde quiere que toquemos si no tenemos los instrumentos, señor¿? -dijo fingiendo hacerse el educado-
Martin: Fíjense por la ventanilla

Continuará...

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